GRAVITACIONES DE MARICEL MAYOR

 

por

 

Jesús J. Barquet, Ph.D.

(Universidad Estatal de Nuevo México en Las Cruces)  

 

 

   

     Esta primera muestra de seis piezas breves o en un acto de Maricel Mayor Marsán [MMM], nacida en Santiago de Cuba en 1952 y residente actualmente en Miami, Florida, nos presenta a la autora manejando tres técnicas diferentes en la propuesta escénica de sus temas: la primera técnica se nutre del teatro del absurdo (“Análisis de madurez”); la segunda, del auto medieval pero no por su religiosidad sino por su sentido claramente didáctico o moralizante y el carácter alegórico de sus personajes y sus fábulas (“El plan de las aguas” y “La roca”);[1] mientras que la tercera técnica se corresponde con lo que Bertold Brecht definió como “realismo sintético” (“Lazos que atan…” y los monólogos “Las  muchachas decentes…” y “Testimonio de mis días”). Curiosamente las tres técnicas dramáticas empleadas por MMM guardan coherencia con el tema.

    

     Como en mucha producción literaria del siglo XX, la autora presenta en “Análisis” su crítica al tema social de la burocracia utilizando una técnica absurdista apoyada en una visión kafkiana de la realidad. Como José K. en El proceso y El castillo, de Kafka, MMM utilizará el patronímico de su protagonista, un ser promedio llamado Juan Augusto García López, “para alegorizar la mutilación del individuo”[2] en cualquier sociedad post-industrial, no obstante la ubicación de la pieza en “una agencia gubernamental de cualquier ciudad de los Estados Unidos” (14). Del absurdo toma MMM su forma apropiadamente abstracta, crítica y humorística.

    

     Siguiendo esas preocupaciones de alcance transpersonal o macrocósmico, MMM escoge la forma alegórica de acciones y personajes tales como Aire, Mar, Tierra, Obrero, Poeta y Estudiante bien sea para su reclamo ecológico en la pieza “El plan” ─la cual tendría como público ideal a niños y adolescentes─, como para su denuncia de las egoístas prisiones ideológicas en que viven los diferentes sectores sociales, en la pieza “La roca”, cuyo público ideal podrían ser los estudiantes universitarios y preuniversitarios. Esta pieza, en particular, resemantiza, además, el ya universal mito platónico de la caverna: la sociedad humana como una caverna tapada con una roca que la inarmonía social no logra remover.

 

     La mencionada técnica realista sintética es usada por MMM en las tres últimas piezas del libro. En estas, la autora necesita crear personajes altamente individualizados sicológica y tempo-espacialmente. El énfasis desindividualizador característico de las otras dos técnicas no procede, pues, al tema e intención de estas tres piezas: la constante lucha de la mujer por mantener, como apunta Odette Alonso en su prólogo al libro, “su dignidad humana en medio de los embates que caracterizan al microcosmos familiar” (11).

    

     Como también señala Alonso, estas tres obras exhiben cierta “continuidad” (11): están interconectadas por la figura de una mujer en tres momentos claves de su vida. Pero dicho vínculo lo establece el lector/espectador, ya que las piezas son independientes entre sí o autosuficientes, aunque también podría pensarse en la posibilidad de considerarlas como un solo texto en tres actos, de cierta forma fragmentario o elíptico, y protagonizado por una misma actriz. La elipsis entre estos supuestos tres actos se correspondería perfectamente con la técnica del realismo sintético que, en mi opinión, da el tono más eficaz de este libro y que, consecuentemente, siento como el más pertinente a la voz dramática de la autora. En “Lazos”, “Las muchachas” y “Testimonio”, MMM no diluye su trama con explicaciones o detalles que, aunque lógicos, resulten ser lugares comunes innecesarios, sino que logra una eficaz potencia de convicción en el lector/espectador mediante la síntesis y la elipsis. Sabe la autora que, en numerosas sociedades actuales, muchos conflictos expresados por la protagonista femenina de estas tres piezas, tales como la condición de ser o sentirse “sándwich” entre diferentes generaciones y las complejas relaciones materno-filiales, no son asunto exclusivamente pertinente a la mujer sino a la familia toda, pero sin dudas la mujer experimenta dichos conflictos desde una especificidad que nunca es descuidada sino hábilmente presentada por MMM.

    

     Concluyo así que las tres primeras piezas presentan explícitamente sujetos y circunstancias universales, mientras que las tres últimas buscan su universalidad a través de sujetos altamente individualizados. Es en estas últimas, además, donde la autora vierte un componente testimonial referido tanto a la experiencia cubana en los Estados Unidos durante el período posrevolucionario (es decir, a partir de 1959), como a la experiencia cotidiana de la mujer en tanto que madre, esposa e hija.

 

     Estas seis piezas breves, de técnicas abstractas unas y realistas otras, se caracterizan, además, por un despojamiento escénico y una concentración en el discurso verbal y corporal que las hacen muy factibles de ser representadas escénicamente por grupos de escasos recursos materiales, que no de talento creativo. El accesible y sintético lenguaje de las piezas, así como la brevedad de las mismas, permiten incluso promover entre los diferentes públicos antes mencionados, después de cada representación, el debate sobre temas de fuerte “gravitación” actual sobre la sociedad y los individuos. De ahí el título general del libro: sea cual fuere la técnica empleada, el teatro de MMM no oculta su imantación en la realidad social contemporánea, sino que constituye un alerta que enfrenta críticamente al individuo, tanto en forma de personaje como en forma de lector/espectador, con su “cotidianeidad”, sin imponerle respuestas, según afirma Humberto López Cruz.[3]

 

 


 

NOTAS:

 

[1] Este vínculo con el auto medieval es tratado por Leonardo Fernández Marcané, “La obra dramática de Maricel Mayor Marsán,” Revista Literaria Baquiana (2002-2003), pp. 141-146.

 

[2] Martha García, Reseña de Gravitaciones teatrales, en Jesús G. Maestro et al., eds. El teatro de Miguel de Cervantes: ante el IV Centenario de la edición del Quijote (Pontevedra: Mirabel, 2003), pp. 536-538.

 

[3] Humberto López Cruz, “Teatro y pasión: las gravitaciones de Maricel Mayor Marsán,” Horizontes 45.89 (2003): 127-138.

 


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