LA POESÍA DE LA RENOVACIÓN

 Y

MARICEL MAYOR MARSÁN

 

por

 

Ylonka Nacidit Perdomo

Directora

Centro de Investigaciones Literarias

(Biblioteca Nacional - República Dominicana) 

 

   

 

     La mujer escritora de los años 80 emergió del silencio de una década pesada y ambigua (la del 70). La poesía que escribe la mujer poeta, o la que intentamos escribir en estos años, es lo que hemos llamado poesía de renovación.

     La poesía de renovación nos trae el uso de un lenguaje más tibio y más fresco, lenguaje que entusiasma a las autoras a buscar formas de expresión donde se advierte una identidad de sí misma como mujer y metas que se despiden del intimismo en su praxis escritural. La poesía femenina se escucha cantada con desesperación y sin desesperación, sintiéndose la mujer aprisionada en algunas autoras y en otras sin sentirse aprisionada o prisionera.

     La mujer presentó en los años 80 una escritora adulta no "insolente", que excepcionalmente vigila su consciente y realidad examinándolas con un sentido que la reedifica.

     La poeta no se enmarca en la "moda, sí en la plástica de la modernidad temporal, por la presencia de nuevas formas que incorporamos por cada época o movimiento literario. El mal sueño del conservadurismo despierta en estas poetas. La admirable rebeldía femenina se sustituye por la audacia, los elevados ideales de la mujer, hoy son una conducta de activismo. Las cacareadas "nuevas formas" comienzan a redoblarse y se ponen al desnudo.

     La poesía femenina de los años 80 contiene un no desesperes, un no sentirse desvanecida y en angustia; un no displaceres ni remordimientos ni vergüenzas.

     La mujer escritora de la generación de relevo no tiene un comodísimo horario para hacer el mundo, para agradar los multicolores de los diarios con poses "tiernas". Su discurso y escritura poética son de plenitud, sin "gustos" que desorienten las sílabas. Es una poética que soslaya su aletargada voz de la mujer encerrada en una red de dependencia.

     Nuestras poetas agitan pasiones cotidianas; no se divierten con el amor de simples ganas ni en el espejo de la vanidad.

    Nosotros rehacemos la poética, la sensibilidad, la creciente humildad, y ser leal a la maternidad. Pensamos y decidimos. Somos distintas; estamos con los síntomas de respirar, de no permanecer mudas, de reflorecer. No somos mujeres conquistadas, somos escritoras conquistadoras.

    

     He aquí el ejemplo de una mujer, poeta y escritora, que enmarca los postulados anteriores:

 

TRICOLOR

   (Poema de Maricel Mayor Marsán del libro Rostro Cercano)

 

Y me acusó la idea

de escribirte un poema

en tres colores, precipitado.

El primer color tenía

la sombra de tu ausencia.

El segundo rodaba

a través de los

contornos de tu recuerdo.

El tercero, brillante

pájaro en sueños, lejano.

Eran tres colores, y aún son

los que rasgan de mi conciencia

el arcoiris poblado.

 

Maricel Mayor Marsán. Nació en Santiago de Cuba en 1952. Reside en los Estados Unidos desde temprana edad. Ha realizado estudios superiores en Historia, Ciencias Políticas y Administración Pública. Actualmente se dedica a la docencia. Es traductora, poeta y crítica. Ha publicado tres poemarios: Lágrimas de papel (1975), 17 poemas y un Saludo (1978) y Rostro Cercano (1986) con prólogo de Emilio Bejel.

 

Maricel Mayor vendrá al país el 18 de este mes, ocasión en la cual sostendrá un encuentro con poetas, escritores, intelectuales y académicos dominicanos en Casa de Teatro el sábado 19 a partir de las 6:30 p.m. 

 


 

Fotos de la lectura poética de Maricel Mayor Marsán en Casa de Teatro 

Santo Domingo, República Dominicana  (19 de enero de 1991)

  

La Dra. Vida Bello Mayor y Maricel Mayor Marsán en la entrada.

Maricel Mayor Marsán durante la lectura de su poesía.

Vista parcial del público asistente al acto, prestando atención a

 la lectura poética en Casa de Teatro, en un fresco y agradable atardecer

del invierno caribeño.

La autora, un grupo de escritoras dominicanas: Mercedes Virginia Gutiérrez,

Bibiana Gómez, Ylonka Nacidit Perdomo, Hortensia Paniagua e Hilma Contreras

y su prima, la Dra. Vida Bello Mayor.

 

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