DESDE UNA PLATAFORMA DE MANHATTAN

ANTOLOGÍA POÉTICA 1986 - 2006

 

por

 

Pascual García

 

 

     Notamos muy pronto en la poesía de la poeta cubana, residente en Miami, Maricel Mayor Marsán, la especial música que transmiten sus versos, de una transparencia casi inmaculada, absolutamente aptos para todos los públicos, aunque no falten en estos poemas los rasgos evidentes de un sentimiento trágico, derivado de los terribles hechos acaecidos en la ciudad de Nueva York en septiembre del año 2001. Dana Gelinas nos da la clave tanto del título como de buena parte del contenido, del espíritu que encierra una obra, que es, por encima de todo, una antología, compuesta por los siguientes libros: En el tiempo de los adioses, Errores y horrores, Un corazón dividido y Rostro cercano.

 

     La responsable de la selección y del prólogo matiza un aspecto fundamental del título, que resulta muy aclarador para entender el resto de la obra: “Una plataforma de construcción, un andamio de albañilería, un puente que se puede atravesar con palabras es lo que más se parece al trabajo poético de una escritora que observa el mundo en destrucción y construcción constante, en guerra siempre, anhelante de paz.”

 

     Maricel Mayor no olvida sus orígenes cubanos y, de hecho, si aplicamos bien el oído, encontraremos ecos y huellas de los grandes poetas caribeños, del ritmo propio de este lugar privilegiado como encuentro cultural y racial, pero su poesía ya muestra la madurez cosmopolita del lugar donde reside y del gran país que la ha acogido. No se trata solo de agradecimiento, sino de una generosidad implícita en buena parte de estos poemas, que se convierten muchas veces en pequeños homenajes a las calles, las ciudades, los hombres y el paisaje urbano que tanto ama ella y que, por eso mismo, lo ha elegido para vivir: «Observo los residuos de un desastre,/ el memorial del desgarre de tantos./ Unos rezan, algunos miran impávidos,/ otros se mecen discretamente en sus sitios”.../ cartas, poemas, mensajes y fotos/ empapelan paredes con memorias de gentes».

 

     El atentado contra las Torres Gemelas vertebra buena parte de estos poemas que desde el título del libro pretenden un homenaje, un recordatorio y albergan la esperanza, casi segura, de que la reconstrucción, no solo física, sino también anímica, ha de ser total. La lucha de Maricel en estos versos de inspiración indudable, tocados por la dulzura de otros ámbitos, pero no exentos de la profundidad y del rigor de una escritora exigente y bien dotada, es la lucha del país que la ha acogido y ya es el suyo: «Un segundo la vida, / dos segundos la muerte, / tres segundos de escarnio/ y la sensatez se esfumó de las mentes».

 

     No cabe duda de que estamos en condiciones de denominar a este nuevo trabajo de la poeta cubana como de elegía urbana, duelo y llanto por el desastre material y humano, pero sobre todo moral, que ella contempla desde su especial atalaya, esa plataforma en Manhattan, que da nombre a la obra: «¿Por qué él y no yo?/ ¿Por qué mi amigo y no yo?/ ¿Por qué no los dos?».

 

     Por supuesto que la tristeza de Maricel es la nuestra y que sus palabras irán con nosotros como nos acompaña la memoria. Ella nos ha enseñado a mirar más alto y más profundo, a recordar con sus versos nacidos de la mejor tradición literaria, a los que, sin duda, auguramos un futuro tan prestigioso o más como el que ya han disfrutado por todo el mundo, en la forma de recitales, premios, encuentros y lecturas. ¡Enhorabuena!

 


      

 

 

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