APROXIMACIONES A LA OBRA POÉTICA DE

 MARICEL MAYOR MARSÁN 

(Ensayo)

 

por

 

Alicia E. Vadillo, Ph.D.

(Universidad Estatal de Nueva York en Oswego)

 

    

     Para la mayoría de los cubanos que hoy viven fuera de la Isla, los recuerdos” se han convertido en uno de los valores más preciados. El paisaje, las tradiciones, la familia, la Virgen de la Caridad, la nostalgia de la pérdida, la esperanza del reencuentro junto a un análisis social y político del proceso cubano han creado una sólida memoria afectiva y,  a su vez, colectiva que ya ha comenzado a ser también una memoria literaria.  Con respecto a esta última, el fenómeno resulta singular y complejo ya que presenta diferentes períodos bien delineados, los cuales están definidos por el tiempo de realización de las obras y por sus temas recurrentes. Pero, sin lugar a dudas, ya existe fuera de la Isla una literatura cada vez más fecunda que, por sus temas y raíces así como por la visión y tradición de sus autores, no ha dejado de ser cubana.

 

     En esta literatura, que cuenta con poesía, narrativa y teatro, el acercamiento al tema cubano se produce de maneras disímiles ya que los autores sustentan su escritura tanto en  experiencias personales como en vivencias escuchadas de voces familiares, las cuales de alguna manera han influido en la construcción de la identidad compartida. La poesía, por su brevedad y lirismo ha ocupado uno de los lugares cimeros en esta escritura de “inmigrantes” y, entre los autores destacados de este grupo, Maricel Mayor Marsán ocupa un lugar especial.  Su obra poética permitirá observar cómo esta autora combina características de la literatura cubana de extra muros con una tendencia lírica y subjetiva que permite un estilo depurado y preciso, digno de ser estudiado.

           

     Maricel Mayor Marsán (Santiago de Cuba, 1952) salió de Cuba en 1970, residió en España por más de dos años y se estableció en los Estados Unidos en 1972. Es poeta, narradora, dramaturga, crítica literaria, editora y profesora. Su primera obra poética, Lágrimas de papel fue publicada en 1975, seguida por 17 poemas y un saludo (1978), Rostro cercano (1986), Un corazón dividido/A Split Heart (1998),  Errores  y horrores. Sinopsis histórica poética del Siglo XX (2000) y En el tiempo de los adioses (2003). Por la fecha en que sale al exilio, por ser el español su lengua materna y por la formación  cultural y literaria que trae de la Isla y que se enriquece durante su estancia en España,  Maricel podría inscribirse en la llamada “diáspora cubana”. Se nombra así al grupo que recoge a los escritores nacidos en la Isla y con una obra literaria comenzada allí, quienes continúan escribiendo desde el exterior. Maricel, aunque es poseedora de rasgos comunes a dicho grupo, presenta características peculiares que la alejan del mismo ya que su obra se desarrolla por entero en los Estados Unidos.  Su poesía comparte con la literatura de la diáspora, temas relacionados con el sentir de alejamiento y carencias así como la identidad dividida, la necesidad de hacer mutaciones culturales y lingüísticas y la recreación de un pasado guardado en la memoria; pero, a su vez, presenta variados temas personales y otros en los que se reflejan puntos de vista novedosos que traspasan los límites de Cuba y meditan sobre tópicos internacionales válidos para el siglo XX.

           

     Sus estrategias artísticas son singulares, creativas y están plenas de lirismo. Ante todo, la autora se coloca a sí misma como el primer eslabón de su cadena. Trabaja con más hondura su sentir y su visión personal y, cuando recrea la historia de tiempos idos, lo hace, generalmente, desde la trascendencia que estos han tenido en su propia existencia.  Así mismo, la dualidad de una vida entre dos culturas y lenguas diferentes se deja ver en una escritura dicotómica que se apoya en constantes construcciones dobles, que muestran semejanzas u oposiciones según sea necesario. En sus versos, figuras lingüísticas tan complejas como el paralelismo, la metáfora y la metonimia se entremezclan con otras, tampoco sencillas, como son la paradoja y la antítesis.

             

     Lágrimas de papel y 17 poemas y un saludo son libros de juventud donde Maricel aún no ha establecido su estilo; sin embargo, en estos primeros versos ya se observa un lenguaje que, siendo sencillo, está cargado de contenidos y demuestra la facilidad poética que la autora posee.  Rostro cercano, su tercer libro, es un compendio de poemas que, aunque están referidos a temas cotidianos y tradicionales, muestra un lenguaje elaborado, metafórico y lleno de enigmas; racimo de versos que se organizan en temas que se repetirán en su futura obra aunque cada repetición conlleve una estrategia diferente.

           

     En Rostro cercano el tema amoroso aparece pleno de subjetivismo. A él se acerca la autora a través de un sujeto en primera persona y desde variados ángulos. Lo entiende como sentimiento que se corporaliza en un placer infinito, el cual se debilita ante la realidad, cruda y objetiva, que lo destruye. La pasión y el deseo erótico son  emociones incesantes y, una vez consumidos en un amor, necesitan transitar a otro. El tránsito generalmente resulta doloroso y deja a su paso recuerdos que producen sufrimiento,  sueños, melancolía; más aun, si el amor perdido no está olvidado. Sin embargo, existe la esperanza de un próximo amor que ofrezca el renacer de emociones, en el cual la alegría desplace a la tristeza pasada y dé entrada a un nuevo deseo por consumir. Este es el tema del poema “Disipación”:

 

                        Entre el corpiño y mi cuerpo

                        tengo un comunicado de esferas.

                        No sabe a la sal ni a la arena

                        que se fecunda en tu mar.

                        Es el verano y la risa,

                        padece de un engaño peculiar.

                        Tiene el olor del deseo

                        y de todos aquellos caminos

                        que se ansían recorrer.

                        Viene bordeando fronteras

                        de juegos ilícitos, tiene

                        un compromiso con la palabra placer. (19)

 

     En ocasiones las descripciones se tornan oscuras y enigmáticas, como es el caso del poema “Envenenados”:

 

                        Quizás, bajo la brisa de marzo

                        no te sea difícil respirar

                        el desquiciado aroma de los cuerpos.

                        Tienen el criterio y su visión una esfera

                        limitada, incoherente y pasajera.

                        Desde una aldea de recesos

                        se recogen intelectos, envenenados

                        en el tiempo de la arena, de los silbidos

                        y de los colores simbólicos. (13)

 

     Paralelamente al tema amoroso, Rostro cercano presenta composiciones fuertes donde la autora lucha por presentar “el verso” como una necesidad humana, como un centro de valores permanentes, y como un esencial pleno de emociones condensadas, las cuales son compartidas con el lector. Maricel insiste en revitalizar la composición poética en la cual algunos han perdido el interés: “a pesar del poco público / de los fondos, del ambiente cotidiano” (“Circunstancias”, 20). Este objetivo sirve de preámbulo para desarrollar una idea aun más generalizadora, compleja y escalofriante: el poder aplastante que destruye al arte comercializándolo.

 

            Los designios de la creatividad

            se han vuelto ajenos.

            (…………………………….)

            ¿Qué se puede hacer para existir

            entre una maleza de criterios

            donde el dinero lo hacen banderas

            y a mi afán un pequeño acontecer?

                                   (“Irresolución”, 38)

 

     Finalmente, en Rostro cercano ya se observa la creación de símbolos referentes al carácter efímero del tiempo (“Rezagado”, 16 y “La Trayectoria”, 17) los cuales reaparecerán, mucho más trabajados, en el texto En el tiempo de los adioses

 

     Un Corazón dividido, próximo libro de Maricel presenta tópicos que, además de diferentes, son atrevidos. Su nombre es el preámbulo de sus temas dicotómicos los cuales se presentan en un lenguaje directo y claro que armoniza con las ideas expresadas.  Su temática variada abre puertas a la íntima confesión, a las reflexiones, al miedo. Cuba aparece con la fuerza novedosa de los acontecimientos más recientes: Guantánamo, los balseros, la búsqueda de nuevas carencias. La crítica a las palabras oficiales y la visión femenina desde la mujer misma son otros de los temas que este texto de Maricel regala a sus lectores.

 

     Resulta interesante el primer poema, el cual da nombre al conjunto de versos. En él, el uso del “yo”, del “mi”, del “mío”, es tan fuerte y repetido que hace pensar que la autora describe su propio ser con la serie de contradicciones que una descripción de esta naturaleza conlleva: dudas, criterios encontrados, identidades múltiples.

 

                       Un corazón dividido

               El mío es un corazón de dudas,

            esfuerzos que luchan entre el aquí y el allá.

             ………………………………….

 

                       Es mi corazón dividido

                        secando los finales del tiempo

                        como el agua de esas corrientes

                        sobre el estrecho de la Florida. (11-12)

 

     Maricel recrea el tema femenino en su poema “Una mujer observa desde su ventana” (Un Corazón dividido”, 30). Como el título lo indica, una mujer se analiza a sí misma desde una posición de claustro, con la ventana como único contacto con la realidad. Anteriormente a este poema, la posición feminista de Maricel había sido poco expresada. Se intuía  solamente a través de su ideología de ser humano que cree en la igualdad de géneros, al mostrar el derecho de la mujer a amar y a ser amada sin limitaciones sociales y/o ancestrales. Ahora, con este poema, da un paso más allá con respecto a sus obras anteriores ya que permite al sujeto femenino auto analizarse y comprender sus limitaciones,  sus temores,  sus silencios, su tiempo no vivido.

 

     Finalmente el tema cubano abre una brecha en este texto. Seis poemas están dedicados a Cuba. El primero “Un evento desestabilizador” y el último “La palma redescubierta” son productos de sus propias vivencias; los restantes reflejan la diáspora de los balseros y su intento inicialmente fallido, de alcanzar un nuevo espacio de libertad; viaje que termina en su origen: Cuba, Guantánamo. En el poema “Cojímar” la autora usa una estrategia de múltiples voces, polifónica, para dar movimiento y sonido a su composición. La explosión de esta salida masiva es interpretada desde disímiles puntos de vista que se corresponden con diversos grupos sociales cubanos.

            ……………………………………….

Una voz declara, es la culpa de un bloqueo

                       y la terquedad de los hombres.

            Otra voz dice, es una válvula de escape

                       para un gobierno en problemas

                       y las políticas que fallan.

 

            Un soldado impasible permanece en la orilla

                       mientras los balseros se alejan de la costa

                                   llenos de júbilo,

                                   llenos de sueños,

                       llenos de pesar por la tierra que dejan (25)

             

     Es relevante que, en “Cojímar”, Maricel da una voz a los grupos cubanos que apoyan la Revolución. Lo hace sin simpatías pero también sin agravios. Les da carácter impersonal – “una voz declara/ otra voz dice” – pero reconoce que existen y los caracteriza utilizando el propio discurso de ellos: bloqueo, terquedad, problemas.

 

     En “El regreso de Hemingway”, la autora le ofrece un tema al famoso novelista, tema espeluznante por los hechos que rememora y por su increíble veracidad y que está relacionado con la pasión  del escritor por el mar y la soledad.

 

                       Historias de hombres luchando con otros

            por un espacio sobre balsas desvencijadas

            por un pasaje hacia mejores barcos en altamar.

                       Rumores de ansiedad y desesperación,

            gigantescos tiburones blancos atacando a los balseros,

                       pedazos desmembrados de cuerpos masticados

                       devueltos a las orillas cubanas. (26)

 

     Como puede observarse, este poema goza de un estilo realista y crudo que muestra una pequeña parte de la gran epopeya que constituye la diáspora cubana. El lector puede llegar a sentir los gritos, los peligros, el desamparo y el terror de aquellos que salieron al mar, en balsas lastimosas, enamorados de una esperanza, sin saber realmente el costo de esta aventura.

    

     “Guantánamo” (27) describe el proceso inicial de las balsas. Muestra a aquéllos que regresan a la Isla, no a sus hogares sino a la base naval de Guantánamo sin cumplir el sueño. Narra un eslabón más de los historia de los inmigrantes cubanos y de la posición represiva asumida por el gobierno del continente hacia ellos en aquel momento.

 

     Los temas de evasión, política represiva, huida, que aparecen en Un Corazón dividido se observan de manera más fuerte y profunda en el próximo texto de Maricel. Me refiero a Errores y horrores (Sinopsis histórica poética del Siglo XX) donde los conceptos de poder y resistencia sobrepasan al tema cubano para referirse a acontecimientos internacionales sobresalientes ocurridos el pasado siglo.

 

     En la colección Errores y horrores se aprecia claramente la madurez de la escritora. Como en los textos anteriores, Maricel utiliza elementos dicotómicos para crear figuras logradas de manera sencilla pero profunda. Su estrategia se apoya en el regodeo entre el uso del lenguaje y en la idea que este expresa, en la tensión entre poder oficial y poder de resistencia, en el poder colectivo y/o individual, poder ejercido por la acción o la palabra que proviene del centro o simplemente que se fomenta en las márgenes, poder que se descompone o que nace para permitir una humanidad mejor.

 

     En Errores y horrores la autora rompe límites fronterizos y utiliza hechos internacionales ocurridos en el siglo XX como temática. Maricel se presenta a sí misma como primer sujeto y juzga a través de su escritura los errores y horrores ocurridos en el margen temporal del siglo que ha quedado atrás. Su crítica no es unitaria sino producto de un afán manifiesto de crear la polifonía de los sucesos y la resonancia de los mismos, dándoles un lugar a las voces de sujetos testigos de algunos “errores” y de aquellos, que sufrieron las consecuencias de los “horrores” del siglo.

  

     Esta estrategia constructiva ya tuvo un antecedente en Un Corazón dividido, exactamente en el poema “Cojímar”, cuando actuantes y testigos de la diáspora masiva de las balsas expresaban sus variados puntos de vista sobre el hecho histórico que estaban viviendo.

 

     En esta nueva ocasión, Maricel presenta múltiples hechos y los organiza en una continuidad basada en la práctica histórica y en los resultados de un poder (uno y múltiple) que engendra violencia y destrucción. Los “errores” serán la guerra, el racismo, la discriminación, el colonialismo, el hecho destructivo en sí mismo, en contra de la humanidad o la naturaleza, el cual siempre deja a su paso una pérdida. Paralelamente, los “horrores” son la vivencia del sujeto que recibe las consecuencias de los “errores” previamente cometidos por otros. En otras palabras, los errores actúan sobre sujetos víctimas que, en un momento dado, dejan a un lado el horror sufrido y se desplazan para tomar posturas activas al producir un discurso contestatario propio, un discurso de resistencia.

 

     Maricel, a través de sus poemas repasa las dos grandes guerras (“El primer error”, 13) y (“El segundo error”, 17) y los peligros de una ciencia que funcione al servicio del genocidio como arma de la jerarquía poderosa (“El gran horror”, 19).  De los temas universales desciende a los locales al referirse a la Revolución de Octubre (“Puskin y la Balalaika”, 15) y a la Guerra Civil Española (“La visión de Picasso”, 23), (“Mirando al sur”, 26), (“Variaciones poéticas I”, 27) y (“Variaciones poéticas II”, 29). Con respecto a la guerra civil, Maricel utiliza una técnica singular. Individualiza el evento y se apoya en el punto de vista de artistas, a quienes deja actuar en un segundo nivel textual para que la imagen – Picasso –, o la palabra – Antonio Machado, Miguel Hernández, Federico  García Lorca –, afecten al mismo poder que les está afectando a través de la guerra. El resultado de este intercambio es un diálogo entre fuerzas en tensión que rivalizan. Imagen y palabras se yuxtaponen como elementos contestatarios, como resistencia desde la nueva acción afectante producida por los artistas españoles.

 

     Existen poemas donde actúan sujetos individuales, tales como Gandhi (“La palabra peligrosa”, 31) o Martin Luther King. (“Hablando de sueños”, 35) o pequeños grupos como los hippies (“Circa 1960”, 33). Las reacciones al poder en dichos poemas tienen como objetivo la paz. La paz o su variante, el amor, marca una diferencia en la tensión y anuncia un discurso de futuro. Este discurso contestatario es activo y exige derechos. Está impulsado por la razón, la paciencia y/o la enajenación al dolor. Los sujetos actuantes, Gandhi, Martin Luther King y los hippies, conocieron la marginalidad y el ser víctimas del odio por lo que propusieron una palabra de igualdad política, social y racial.

 

     En los poemas finales, la autora, siguiendo el discurso de paz, ataca patrones culturales y sociales (“La desoccidentalización”, 33). El sistema patriarcal es afectado fuertemente por un discurso feminista que promueve una actitud de crecimiento y derechos futuros para la mujer (“Mujeres del siglo XX”, 43). Finalmente, clama por salvar los sentimientos y pasiones que solo son propios del sujeto humano, el cual no debe morir ante la presencia de las máquinas. Para lograr su objetivo, pide la complicidad de los lectores en este discurso que tan espontáneamente brota de sí misma… “Déjame saber si es un movimiento encantado / la mueca que equivale a una sonrisa.” (“Déjame saber”, 49).

 

     Con este resumen histórico del siglo XX, Maricel se proyecta al próximo milenio. Su voz ha originado un discurso crítico y positivo simultáneamente. En él, conserva la fe en el ser humano y en una actuación justa del mismo. Lo ofrece en unos versos profilácticos porque, desde un análisis realista y cruel de los “errores” cometidos, orienta a los lectores de este nuevo siglo, para que no sean víctimas de los mismos “horrores” que ahora pertenecen al pasado.

 

     En el tiempo de los adioses es la última colección de poemas publicada hasta el momento por Mayor Marsán. En estos versos, la autora hace un movimiento inverso con respecto a lo que fue la temática de su texto anterior. Si en Errores y horrores valoró hechos históricos, objetivos, que afectaron al colectivo humano, en este poemario su búsqueda es orientada al hecho aislado, a la individualidad del sentimiento. El eje temático de esta colección es el adiós como dura experiencia, como fuerza matriz de separaciones, de finales, como promotor de pérdidas. Un tema tan personal requiere una técnica de interiores: corazón, mente, experiencia, dolor. Requiere una técnica que rebase el lirismo y combine realidad e imaginación a través de la reflexión y la sensibilidad humana.

 

     Según el criterio de Maricel, los adioses pueden clasificarse en diferentes grupos, muchos de los cuales resultan comunes a todos los seres humanos. Así mismo “el adiós” como tal no puede existir sin el tiempo, categoría con la cual establece una unidad donde ambos elementos formantes resultan afectados. O sea, el adiós se da en el tiempo y, a su vez, actúa sobre este ya que establece una diferencia en el mismo, le crea una nueva etapa al cortarlo, marcarlo, al hacerlo posteriormente diferente. El adiós cierra períodos y origina nuevas secuencias temporales, produce movimiento, tránsito de un estado a otro, recorrido que comienza en la cuna y es antesala de la muerte. En este texto, Maricel trabaja con “adioses” reales y metafóricos y se preocupa porque en la cadena de rupturas que producen estos, no quede la pérdida desgarradora como inevitable producto final, sino que trabaja conjugando el pasado con las expectativas del porvenir, que sin bien son inciertas, ellas las presenta de manera optimista mostrando nuevas rutas, posibilidades y esperanzas.

 

     Entre los tipos de adioses que aparecen en el texto encontramos una pequeña sección dedicada a los adioses en la primera etapa de la vida. Así aparece el nacimiento como ruptura de origen, como fase inicial. Este adiós natural, positivo, da entrada a la vida individual, a la posibilidad de una futura realización,

 

De tus aguas vengo

vaciando tus paredes interiores

para que otras aguas me acojan.

(…………………………….)

y he dicho sin proponérmelo

mi primer adiós en primavera. (16)

 

     Existen otros tipos de adioses en esta sección: adiós a la inocencia de la niñez (“El adiós a la pubertad”, 18), a los días maravillosos de las vacaciones de verano que obligan al retorno a la escuela (“Llanto en septiembre”, 17) y (“El adiós estudiantil”, 19), el cual despide el ciclo de estudiante y anuncia que la entrada a la vida de adulto es inminente.

 

     En oposición a la naturaleza positiva de estos adioses, está el adiós que produce la muerte y separación de aquel a quien se ama y se ha ido sin regreso: “Cuando un ser querido se  va / sin querer irse” (“El peor adiós”, 24) y el adiós que se produce ante el fin del amor, adiós espontáneo para un miembro de una pareja e impuesto para el otro (“Triste amor adiós”, 27).  La guerra, tema constante en la poética de Maricel, trae a los versos pérdidas y adioses. La guerra es, para la autora, la antirazón que hace a la juventud su víctima. El poema (“Adiós a la razón”, 13) expresa y fundamenta su actitud.  En otros poemas, Maricel crea un sujeto rebelde que, en primera persona enfrenta dignamente al adiós que no desea y que se niega a seguir aceptando aunque reconoce que su presencia es inevitable (“El rechazo del adiós”, 38) y (“El adiós que no quiero escuchar”, 39).  

     

     Con originalidad, la autora describe al adiós en sí mismo, como acto objetivo y real en el poema “Las horas del adiós”, y lo resume y ejemplifica, siguiendo su propia experiencia, en tres momentos: “El adiós a la familia / el adiós a la patria / y el adiós al amor inconsciente” en (“Los tres adioses”, 15). Finalmente, el poema “El adiós a lo perdido” es el mejor ejemplo para reafirmar la idea primera de la autora al conceptualizar al adiós como tránsito temporal:

 

            El adiós a lo perdido

            marca su precio, su objetivo

            irrefutable tema de dilemas,

            un epitafio que dicta el subconsciente.

            Es un perverso rojinegro que rueda,

            se desliza, se vuelca, llega.

            Es un nuevo capítulo en la historia

            que define un final irreversible. (34)

 

     Este breve recorrido por la obra poética de Maricel Mayor Marsán ha permitido observar la evolución y madurez de la escritora cubano-americana, quien ha llegado a poseer un estilo propio y depurado, el cual se ha logrado al combinar la simpleza de su lenguaje con la grandeza de las ideas. Este estilo establece una profunda comunicación con el lector, un diálogo directo que también juguetea con enigmas creativos y, en ocasiones, atrevidos.  Sus temas variados recorren eventos objetivos como la guerra, la marginalidad, la destrucción ambiental, y la sustitución del hombre por la máquina, y se paralelizan con otros, íntimos y profundos como son el amor, los espacios de rupturas, los recuerdos de una tierra lejana, de una cultura de origen, de una primera identidad que después se comparte.

  

     Leer a Maricel es encontrarse a uno mismo en muchas de sus experiencias, en sus valoraciones críticas tanto políticas como sociales, en algunos de sus lejanos recuerdos. Leer estas colecciones de versos es una invitación a conocer más profundamente la poética de la diáspora, la poética de la mujer de nuestros días y la poética de un testigo del mundo de hoy.

 

 

Obras Citadas:

 

Mayor Marsán, Maricel. Rostro cercano. Gaithersburg, MD: Ed. Hispamérica, 1986.

___________________ Un Corazón dividido / A Split Heart. Gaithersburg, MD:

                                       Ed. Hispamérica, 1998.

__________________  Errores y horrores. Sinopsis histórica poética del siglo XX.

                                       Miami, FL: Ediciones Baquiana, 2000.

___________________ En el tiempo de los adioses. Cartagena, España: Áglaya, 2003.

 

 


 

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